jueves, 8 de enero de 2015

Errores comunes al usar las máquinas


Por más que estén tecnológicamente avanzadas, solemos cometer errores al momento de ejecutar los movimientos. En sí no son difíciles de usar, sólo es cuestión de leer el instructivo o en nuestro caso, acudir con un instructor porque creer saberlo todo es contraproducente.

En ocasiones solemos meternos de golpe sin calentar, más que una pérdida de tiempo es una inversión para llevar nuestro entrenamiento al máximo. Además evitamos correr riesgos innecesarios al meterle peso a la máquina. He aquí donde la mayoría batalla con la cargas porque si resulta muy pesado podría lesionarnos. Por otro lado, si lo sentimos ligero, sólo estaríamos calentando.  

Nuestro esfuerzo debe ser proporcional a la intensidad y regulado bajo nuestro rendimiento. Por eso es importante que los novatos nunca comiencen sin un asesoramiento ¿Cuál es la postura adecuada? y ¿Cuántas repeticiones de tantas series debo hacer? Esas son dos interrogantes que sólo un instructor tanto de piso como personalizado puede contestarte.

Es cierto que tendemos a huirle a las máquinas “difíciles”, aunque no lo crean, ahí está la clave. Aferrarse a las máquinas sencillas no ayuda al crecimiento muscular por la ausencia de esfuerzo. En contraste con aquellas donde uno siente que se está muriendo porque apenas se logra completarse la serie. Tampoco nos olvidemos del sudor y ascendente dolor  ¿Acaso no es obvio?

Con o sin ayuda, uno siempre debe prestar atención al instructivo en la máquina. No están de adornos, al contrario, te enseñan a usarlas en caso de no contar con asistencia. Asimismo sólo porque supiste manejar algunas, no significa que debas recurrir siempre a las mismas. Crear una zona de confort es sinónimo de estancamiento, mejor sorpréndete, es el único modo de saber de qué estás hecho.  

¿Si eres de los que confían en la pantalla? No lo hagas, las calorías quemadas no suelen tornarse reales. Se recomienda apoyarse en el pulsímetro porque en la frecuencia cardiaca yacen los resultados. Siempre y cuando la trabajemos al 70%.

En las máquinas de cardio, uno debe variarle a la intensidad. Lo mismo que sucede con la carga en las máquinas de pecho, pierna, espalda, bíceps, tríceps, abdomen, etc. Pasar más de una hora en la bicicleta o las caminadoras no es garantía de adelgazar. Hay que jugar con los niveles, no es lo mismo caminar o trotar por media hora que correr lo más rápido posible por un minuto, luego caminar, luego correr y así sucesivamente por intervalos.

La concentración es la base para hacer correctamente cualquier tipo de ejercicio. Cualquiera podrá hacerlos, pero no cualquiera lo siente. Existe una conexión entre músculo y mente de la cual puede romperse con la televisión, un libro, el celular o tu compañero. La única excepción es la música, porque termina motivándote en vez de distraerte.    

La timidez o vergüenza sólo nos llevará a renunciar. Si no sabemos, hay que preguntar. Cada gimnasio tiene la obligación de informarte, sino fuese el caso entonces ¿para qué contratar instructores de piso? Para eso están, qué mejor que aprovecharlos y sacarnos de dudas.

Entre otros errores comunes encontramos: el exceso de ejercicio, cargar con el celular, ropa o calzado incomodo y descansar de más entre series o hasta días. Recordemos que vamos al gym para moldear nuestro cuerpo, no para hacer lo que usualmente haríamos durante nuestro descanso.  En ese caso para qué pagar por un servicio que ni le prestamos atención.

Esto debe ser más que una ilusión, debe volverse una realidad pero una realidad con la menor cantidad posible de errores.  

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