¿Cuántos de quienes acudimos al gimnasio realmente calentamos antes de
ejecutar la rutina con pesas? Si nos ponemos a analizar, descubriremos que
pocos son los que se preparan de ese modo ya que la mayoría de los usuarios inician
cargando el doble de su peso, al menos que esté haciendo demasiado frío.
Aunque les cueste creerlo, el calentamiento es esencial en la hora de llevar
a cabo el entrenamiento dado que su objetivo radica en preparar los músculos mediante
su flexión o estiramiento de los tejidos, evitándose así el riesgo a sufrir fracturas.
Inclusive ayuda al sistema nervioso para que éste no se nos estrese al descargar
fuerza.
No hay un programa como tal, de uno depende realizar el ritual de
calentamiento que le convenga de acorde a sus necesidades. Un instructor
profesional por lo regular tiende a ponerte en el área del cardio por ser de
los más efectivos en desenvolver la temperatura del cuerpo. El sudar es una
excelente señal de estar calentando.
La ventaja de este clima caluroso que se da en verano suele ahorrarnos
esta introducción porque de entrada uno ya entra sudando al gimnasio. Podría
decirse que nuestros músculos se encuentran activos. Por eso se recomienda
inscribirse a un gimnasio cercano de tu casa para que por lo menos camines 15 o
25 minutos tanto de ida como de regreso.
El calentamiento se clasifica en tres:
Estático: estirar sólo nuestras extremidades sin movimiento
alguno.
Dinámico: mover nuestro cuerpo de manera lenta y pausada.
Balístico: son movimientos más brutos.
El protocolo para calentar por así decirse, inicia con cinco o siete
minutos de ejercicios cardiovasculares seguido de otros cinco o siete minutos
de estiramiento dinámico. Depende de ti, extenderlo a veinte minutos con la inclusión de hacer uno de los
sets pero con nada de peso para ir anticipando al músculo para la carga y
descarga.
Ya depende de uno, sí aplicar o no un programa de calentamiento previo
al intenso entrenamiento. Los beneficios son muchos, sobresaliendo la
perfección. Sin embargo, el descartarla habilita el peligro de sufrir un
doloroso desgarre como suele verse en cada invierno cuando los músculos se
encuentran helados y tiesos.
Por ende, calentar es vital para nuestro éxito físico.
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