Anteriormente había hablado de la importancia de mantenerse en forma
después de los 30 años ya que nuestro organismo sufre desventajas debido a la
degradación física que tendemos a sufrir, especialmente si no sabemos o
queremos cuidarnos.
Es un hecho que no nos estamos volviendo jóvenes ni tampoco podemos
seguir actuando como adolescentes, al menos en el plano alimenticio y de holgazanería,
debemos movernos ya sea salir a caminar, adoptar una clase, acudir al gimnasio
y manejar un sano régimen alimenticio.
Suele haber excepciones donde llevas años entrenando y nunca lograste
marcar el abdomen o tonificarte como los “Musculosos”. Esto no tiene nada que
ver con que estés en tus 30s, simplemente estás tratando de imitar a los
jovenzuelos cuyo cuerpo les perdona que se machaqueen con excesivas cargas, infinidad
de series y cero calentamiento.
Es aquí donde uno debe ser honesto consigo mismo, ignorar su orgullo y
resetear todo lo que crees saber del acondicionamiento físico. Tus movimientos
deben ser más lentos, calidad por encima de la cantidad o tiempo.
Tu cuerpo es sabio, escúchalo porque te dirá lo que puedes hacer y lo
que no debes. Sé también crítico de lo que ves, por ejemplo: si tienes piernas
tonificadas pero los brazos están flácidos, entonces debes bajarle la
intensidad al cardio porque hay un exceso de desgaste.
Tampoco creas lo de los 3 meses, está comprobado que el cuerpo
requiere de 6 meses a 1 año en moldearse. La única manera de acelerar el
proceso es mediante suplementación, cirugías o pastillas mágicas. Todo esto es
contraproducente en un futuro.
No es necesario pases horas en las caminadoras, en sí se quema 2 veces
más calorías que caminando. Interesantemente caminar de 30 a 50 minutos cada
día es mucho más efectivo y cómodo porque despejas tu mente y a su vez
disfrutas del ambiente exterior.
Para quienes recién cumplieron 30 y por ende decidieron correr al gimnasio,
no cometan el error de llegar levantando tres veces su peso. Sostengan
mancuernas o barras con un esfuerzo mínimo, porque es esencial ejecutar los movimientos
a la perfección. Es la única manera de lograr resultados.
Ya poco a poco se va incrementado el peso conforme uno se va
fortaleciendo, pero todo a su debido tiempo. Recuerda descansar el músculo,
dormir, tomar vitaminas y comer sanamente. No sólo es cuidarte en las dos o tres horas
que pases al gimnasio, todo depende de lo que haces afuera y en tus días
libres.
Suponiendo: Sí eres de los que nunca les falta el cafecito, las
papitas o dulces en el trabajo, comes pizza, cenas tacos o te desvelas en
borracheras, entonces todo lo estás haciendo en vano. Tu cuerpo nunca perdona y
es en este rango de edad donde se desquita, ya no a los cuarenta sino en los
treinta y en algunos casos mucho antes de cumplirlos.
Así que no podemos seguir culpando a la genética, es cierto que el
metabolismo se degrada, pero podemos retrasarlo con un estilo de vida sano y
físicamente activo. Nunca se es tarde para aprender, ni tampoco para conseguir
ese cuerpo atlético.
Lo menos que queremos es empezar yendo cada rato al hospital,
completamente lo opuesto, queremos vernos fuertes y la belleza de ello, es que
todavía es posible tomando muy en cuenta estos consejos.
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