miércoles, 8 de julio de 2015

Después de los 30 Años: parte II


Anteriormente había hablado de la importancia de mantenerse en forma después de los 30 años ya que nuestro organismo sufre desventajas debido a la degradación física que tendemos a sufrir, especialmente si no sabemos o queremos cuidarnos.

Es un hecho que no nos estamos volviendo jóvenes ni tampoco podemos seguir actuando como adolescentes, al menos en el plano alimenticio y de holgazanería, debemos movernos ya sea salir a caminar, adoptar una clase, acudir al gimnasio y manejar un sano régimen alimenticio.  

Suele haber excepciones donde llevas años entrenando y nunca lograste marcar el abdomen o tonificarte como los “Musculosos”. Esto no tiene nada que ver con que estés en tus 30s, simplemente estás tratando de imitar a los jovenzuelos cuyo cuerpo les perdona que se machaqueen con excesivas cargas, infinidad de series y cero calentamiento.

Es aquí donde uno debe ser honesto consigo mismo, ignorar su orgullo y resetear todo lo que crees saber del acondicionamiento físico. Tus movimientos deben ser más lentos, calidad por encima de la cantidad o tiempo.

Tu cuerpo es sabio, escúchalo porque te dirá lo que puedes hacer y lo que no debes. Sé también crítico de lo que ves, por ejemplo: si tienes piernas tonificadas pero los brazos están flácidos, entonces debes bajarle la intensidad al cardio porque hay un exceso de desgaste.

Tampoco creas lo de los 3 meses, está comprobado que el cuerpo requiere de 6 meses a 1 año en moldearse. La única manera de acelerar el proceso es mediante suplementación, cirugías o pastillas mágicas. Todo esto es contraproducente en un futuro.   
    
No es necesario pases horas en las caminadoras, en sí se quema 2 veces más calorías que caminando. Interesantemente caminar de 30 a 50 minutos cada día es mucho más efectivo y cómodo porque despejas tu mente y a su vez disfrutas del ambiente exterior.

Para quienes recién cumplieron 30 y por ende decidieron correr al gimnasio, no cometan el error de llegar levantando tres veces su peso. Sostengan mancuernas o barras con un esfuerzo mínimo, porque es esencial ejecutar los movimientos a la perfección. Es la única manera de lograr resultados.

Ya poco a poco se va incrementado el peso conforme uno se va fortaleciendo, pero todo a su debido tiempo. Recuerda descansar el músculo, dormir, tomar vitaminas y comer sanamente.  No sólo es cuidarte en las dos o tres horas que pases al gimnasio, todo depende de lo que haces afuera y en tus días libres.

Suponiendo: Sí eres de los que nunca les falta el cafecito, las papitas o dulces en el trabajo, comes pizza, cenas tacos o te desvelas en borracheras, entonces todo lo estás haciendo en vano. Tu cuerpo nunca perdona y es en este rango de edad donde se desquita, ya no a los cuarenta sino en los treinta y en algunos casos mucho antes de cumplirlos.   

Así que no podemos seguir culpando a la genética, es cierto que el metabolismo se degrada, pero podemos retrasarlo con un estilo de vida sano y físicamente activo. Nunca se es tarde para aprender, ni tampoco para conseguir ese cuerpo atlético.

Lo menos que queremos es empezar yendo cada rato al hospital, completamente lo opuesto, queremos vernos fuertes y la belleza de ello, es que todavía es posible tomando muy en cuenta estos consejos.    

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