La mayoría de los nutriólogos aseguran que la clave para bajar o
controlar nuestro peso está en lo que cenamos ya que si nuestro platillo se
encuentra equilibrado nos ayudará a no sólo dormir bien sino disfrutar de una
excelente digestión nocturna.
Uno de los enormes errores que solemos efectuar es comer poco durante
el día y darnos un tremendo atracón por la noche, inclusive cerca del amanecer.
También brincarnos la cena se vuelve contraproducente, ya que provoca que
nuestro metabolismo se haga aún más lento.
Una cena debe aportarnos entre el 15% al 20% de energía, no debe estar
siquiera al nivel del desayuno o el almuerzo. La ansiedad tampoco ayuda a la
hora, tampoco las excusas o comer de prisa. Pasé lo que pasé, deben cumplirse
con las cuatro o cinco comidas al día y a su hora.
No se recomienda recurrir a los famosos bocados tales como un tazón de
cereales, galletas o plato de frutas porque su riqueza en azucares se torna
grasa durante la noche.
Entre algunas cenas que nos ayudaran a quemar a grasa se encuentran:
- Una taza de uvas.
- Un jugo de piña.
- Pechuga de pollo a la plancha con jugo de limón.
- Yogur griego con canela.
- Arroz integral con champiñones, chile o pimientos.
- Ensalada con remolachas, zanahoria, apio, tomates, cebolla, aceite de oliva y jugo de naranja.
- Ensalada de espinacas, trocitos de pavo, ajo, aceite de oliva y vinagre.
Estas opciones son altamente recomendables por sus propiedades
saciantes y depurativas, además porque la fusión de proteína con un
antioxidante estimula el metabolismo en un 20%, reduciéndose la proliferación
de las células grasas y la quema inmediata de calorías.
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