Al final del día tendemos a
consentirnos más de lo debido y solemos cometer algunos errores al elegir
nuestros alimentos. Si bien el dicho de desayunar como rey, comer como príncipe
y cenar como pobre es la forma correcta, pero esto último no implica limitarnos
en cantidad sino en el contenido.
Los errores que se deben de evitar:
- Debe cenarse dos horas antes de dormir para evitar el malestar por la indigestión.
- No se recomienda comer legumbres como el repollo o los rábanos.
- Los derivados de lácteos o exceso de fibra como los cereales o panes deben descartase.
- El alcohol, las frituras, los condimentos o la sal son contraproducentes.
- El apio interrumpe el sueño por sus propiedades diuréticas.
- Los jugos de naranja, toronja o arándanos pueden causar quemaduras al estómago.
- La carne roja está cargada de grasas por lo que debe hacerse en trozos pequeños.
- Las sobras de las comidas deben dejarse para otro día.
Ahora veamos las recomendaciones:
- Optar por una buena cantidad de carbohidratos y proteínas tales como: budines, flanes o cremas de verduras, sopas, arroz integral, pasta, huevos, papas cocidas, frutas frescas, jaleas o jugos 100% naturales.
- Carnes blancas al vapor como pescado, pollo o conejo.
- La fruta no debe comerse sola sino acompañada con yogur.
- Se aconseja una copa de vino aunque el agua es mucho mejor.
- Las tostadas de atún o jamón son una buena elección.
- Preferible usar aceite de oliva extra virgen.
- En horario de verano se recomienda un poco de ensalada de brócoli o zanahoria con pavo o huevo cocido mientras que en invierno, una sopa o budín de verduras.
Obviamente este apartado tiene
como finalidad reducir o mantener nuestro peso para un buen estado de salud. Ya
que si uno es deportista en busca de masa muscular, podría hacer una excepción
siempre y cuando sea bajo la tutela de un experto para irse directamente a la
ingesta de proteínas evitándose el excesivo consumo de grasas, carbohidratos y
azucares refinados.
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