Cada uno de nosotros poseemos fuerza, resistencia, flexibilidad,
coordinación y velocidad. Quizás unos más que otros o inclusive menos de acorde
a nuestra condición física. Por esa razón te ofrecemos algunos consejos básicos
al momento de ejercitarte.
Investiga y asesórate: antes
que nada es necesario tener una noción fundamentada sobre el objetivo a
alcanzar. Si se quiere subir o bajar, conocer los distintos o posibles músculos
a trabajar y qué dietas son las adecuadas.
Establece una rutina:
en base a tu propia investigación y consulta con un especialista, debes armar un plan de ejercicios a ejecutar
en los días programados. La recomendación es alternar diferentes tipos de
músculos con al menos dos o tres días de descanso.
Empieza con flexibilidad:
no sólo te vayas directo a los levantamientos, date un tiempo para estirar los
distintos músculos de tu cuerpo. De esta forma liberas las tensiones, reduces
la probabilidad de contraer fracturas y respaldas tu fuerza cuando recurras a
las pesas.
Haz circuitos: después
de tres semanas de una rutina intensa, se recomienda reducir el peso en un 40%
para que recuperes tu resistencia. De lo contrario, la fatiga te alcanzara causando
que te desmotives o sufras una terrible lesión.
Refuerza con disciplinas: no sólo te quedes en el área de pesas o
cardio, inscríbete a clases de yoga, spinning, cross-fit o valetodo para
trabajar con toda clase de músculos desde distintas percepciones.
Diviértete: si tienes
oportunidad de integrarte a juegos deportivos, aprovéchalo ya que no existe un
ejercicio más completo y desestresante que la buena competencia entre amigos o
compañeros del gimnasio.
No seas víctima de los comerciales: sé consciente que el ejercicio no es placentero ni tampoco fácil. Es
una disciplina que requiere meses y no sólo por cualquier anuncio sobre
suplementos o maquinas milagrosas te conseguirán esos resultados en un par de
días.
Concéntrate en otras cosas: recuerda, no todo es ejercicio, debe haber un equilibrio. Si eres
estudiante y se avecina el periodo de exámenes o estás bajo una línea de cumplimiento
de entrega en tu trabajo, no lo sacrifiques. Dale prioridad a ese distractor y
verás cómo se te compensará a la próxima vez que acudas a entrenarte.
Motivación: inspírate
en tus ídolos deportivos, escucha música, toma clases y socializa para que no
caigas en la monotonía. De esa manera podrás retroalimentarte y prevenir caer
en el cansancio, exceso o la frustración.
Tal como lo lees, si sigues
algunos de estos consejos a partir del mes comenzarás a notar buenos resultados en tu
condición física que con los años te garantizarán no sólo una excelente salud física sino también una salud mental.
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