viernes, 12 de diciembre de 2014

Cómo ejercitarte “Correctamente”


 Siempre que vamos a comenzar a hacer ejercicio por la primera vez, siempre recurrimos a las dudas frecuentes como: ¿Cuáles rutinas emplear? ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Será poco o mucho tiempo? ¿Cuándo veré resultados? y ¿qué pasa si no veo ninguno?

De por sí tuvimos que pasar por un proceso personal previo a la inscripción, no nomas decidimos lanzarnos al gimnasio, tuvo que haber visto una razón que nos haya inspirado a dar este gran paso en nuestra búsqueda por una vida mejor y no físicamente hablando.

La clave está en sí lo hiciste sólo por cuestiones de salud, para adelgazar, subir de peso, tonificarte o para volverte en esa inmensa fortaleza muscular. Es importante saberlo al momento de iniciar un entrenamiento porque de lo contrario, uno terminará frustrándose ante la ausencia de una dirección.

Si se busca adelgazar, el objetivo será pasártela en el área de cardio o tomar clases. De hecho cuando se está pasado de peso, primero nos meten de lleno a la caminadora o bicicleta. Sin embargo, para que esto funcione se requiere seguir una dieta especialmente diseñada para ti.   

En caso de subir de peso porque uno está demasiado delgado, se requiere además del buen comer, una rutina que implique la fuerza. No encasillarse en infinitas repeticiones sino llevar tu resistencia al otro nivel conforme le incrementas peso a tus series.  

Buscar un cuerpo atlético requiere de experimentar diversos pesos. La tendencia tiende a definirse por completar la serie de quince repeticiones siendo las últimas cinco de mayor esfuerzo. A veces suele batallarse si uno no posee la genética. Tampoco ayuda ejecutar erróneamente los movimientos.   

La fortaleza muscular no sólo exige un condicionamiento intenso, sino requiere de la ingesta de proteína en polvo, suplementos, pastillas, etc. No necesariamente debamos pasar horas, ya que a veces se trabaja tan duro que los resultados no son vistos a falta de comida (musculo atrofiado).   

Usualmente nos da vergüenza preguntar o tendemos a confiar en los contenidos del Internet. Al igual que nuestras personalidades nos diferencian, asimismo los músculos. A través de los instructores, uno aprende las correctas posturas y las aplica para lograr su propósito. De lo contrario, uno andaría perdido y se volvería presa fácil de abandonar el ejercicio al no conseguir resultados.

Entrenar en un gimnasio no es fácil, requiere disciplina para soportar el dolor y perseverancia para observar un cambio. Todo está en la cabeza, por tanto con un instructor que impulse tu seguridad, podrás vencer la duda que suele atormentarnos cuando recién comenzamos a hacer ejercicio o incluso después de llevar meses.

Es bastante normal llegar a pensar en el por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo. Después de todo se resume en puro dolor y tiempo del cual uno pudo haberlo invertido en otras cosas agradables.

Por esa misma razón, uno debe recordar siempre la razón por la cual se entrena e insistir al instructor con rutinas acorde a su físico porque ese es indudablemente el camino correcto para ejercitarte.    

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